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José Vicente Amórtegui Gil: una vida dedicada a la geotecnia

Catedrático e investigador, ha destinado más de cuatro décadas de su carrera profesional a trabajar, investigar y enseñar sobre la geotecnia de oleoductos. Conozca su trayectoria y sus últimos logros.

José Vicente Amórtegui Gil habla con calma y mesura, aunque con una seguridad que no es usual en estos días. Y entre más se conoce sobre él y más se escucha lo que tiene que decir, uno más se convence que sus cerca de 45 años de experiencia traen consigo una admirable destreza en su profesión.

Amórtegui Gil es ingeniero civil de la Universidad Nacional de Colombia y es experto en geotecnia de ductos. “He tenido la fortuna de trabajar en trazado, procesos constructivos y mantenimiento de ductos”, expresa.

Se graduó en 1981, y a pesar de que en su momento no existía la opción de realizar una doble titulación en dicha institución, él decidió estudiar simultáneamente geología.

En vista de ello, a raíz de su continuado esfuerzo en el campo en que es referente, la International Pipeline Geotechnical Conference - IPG (Conferencia Internacional de Geotecnia de Ductos) decidió brindarle un reconocimiento por su trabajo.

La placa conmemorativa, que le fue entregada en Bogotá el día viernes 24 de noviembre de 2023, reza: “Al Ingeniero José Vicente Amórtegui Gil, por su destacada labor en la disciplina de la Geotecnia de Ductos en beneficio de la industria de transporte de hidrocarburos, de la academia, de la Ingeniería y de la sociedad”.

Su papel en la universidad

Era de esperar que, en algún punto de su carrera profesional, Amórtegui se dedicara a compartir su conocimiento con nuevos pupilos que desearan adentrarse en la disciplina que tanto ha estudiado. Desde entonces, ha formado parte de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y ha dedicado su empeño al Centro de Estudios Geotécnicos y al CE Ambientales.

El ingeniero forma parte de este último ya que dicta un curso de pregrado, “La ingeniería civil ante el calentamiento global”, el cual se brinda desde el 2020 y asisten estudiantes tanto de dicha disciplina como de Ingeniería Ambiental.

“Este curso se desarrolla en asocio con la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) desde el 2023, por lo que se dictan temas simultáneos y existe un intercambio académico entre las universidades”, aseveró Amórtegui.

En paralelo, cabe resaltar que “a finales del siglo pasado se empezó a dictar en la Escuela una electiva técnica para estudiantes de ingeniería civil: un curso de Geotecnia de oleoductos, que se realiza cada año en el segundo semestre”, recordó Amórtegui.

Según explica el profesor, se vinculó a dicho curso alrededor del 2007, cuando lo empezó a dictar. Y según plantea, la Escuela Colombiana de Ingeniería es de las contadas instituciones educativas del mundo que cuentan con una materia a nivel de pregrado que trate esa temática en particular. “Algunas de ellas son la Universidad de Calgary, Oxford y New Hampshire, entre otras”. argumenta.

El rol clave de la geotecnia

Amórtegui comenta que la creación de esta electiva en la Escuela surgió a partir de la necesidad identificada que presenta Colombia de enfrentarse a retos y dificultades que ameritan la aplicación de soluciones que ofrece la geotecnia de ductos.

“Colombia es una región líder en el campo por sus condiciones geográficas y físicas; es propensa a sufrir accidentes, deslizamientos, erosión, crecientes de ríos, sedimentos, derrames de hidrocarburos y demás desastres que afectan la industria y el medio ambiente”, asevera el ingeniero.

A fin de cuentas, los Andes sudamericanos representan un desafío por los procesos de inestabilidad que afectan las infraestructuras existentes; por ejemplo, las dedicadas al transporte de hidrocarburos.

Por este motivo, Amórtegui destaca que es fundamental ejercer esta disciplina en un país como el nuestro. “Al ser la geotecnia la ‘puesta a tierra’ de la ingeniería, con tres cordilleras y un territorio difícil, se vuelve necesidad para los ingenieros colombianos que haya alguien a quien llamar. Lo anterior, en contraste a un país plano, donde no se vuelve algo tan crucial”, detalla.

Lo anterior invita a suplir la necesidad de establecer ductos seguros que conecten los puntos de extracción y las refinerías de hidrocarburos con los puntos de comercialización, sorteando las dificultades existentes, realizando tareas de prevención y diseño y defendiendo la infraestructura de procesos naturales que afecten a la industria.

El reconocimiento de la IPG

Según cuenta Amórtegui, la Conferencia Internacional de Geotecnia de Ductos surgió motivada por la idea de compartir enriquecedoras experiencias y aportes académicos sobre dicha disciplina con colegas alrededor del mundo. Aunque la idea detrás del evento ya venía gestándose desde el 2011 en el seno de la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, por sus siglas en inglés), su primera edición se realizó en Bogotá en 2013, a la cual asistió la Escuela.

Tras esto, la conferencia se ha llevado a cabo bianualmente. En 2015, se volvió a realizar en Bogotá; en 2017, en Lima, Perú; en 2019, en Buenos Aires, Argentina; en 2021, se hizo en modalidad virtual, debido a la pandemia de Covid 19. Finalmente, en 2023, el evento tuvo lugar de nuevo en la capital del país. Y en todas las conferencias Amórtegui ha participado activamente, culminando en que la más reciente edición hizo un reconocimiento a su carrera, honrando toda una vida tras la geotecnia de oleoductos.

Su aporte a la academia

Respecto al curso de Geotecnia de oleoductos que imparte en la Escuela, Amórtegui plantea que los nuevos pupilos llegan a él con altas expectativas y mucha curiosidad, ya que no todas las personas manejan el tema.

“Aprenden de todo, incluso de geopolítica e industria. También se familiarizan con las dificultades que existen y cómo la ingeniería civil y la geotecnia les han dado respuesta. Por ello, su respuesta es de curiosidad y entusiasmo, y muchos de ellos terminan trabajando en el tema”, dice el profesor. “A veces incluso uno recomienda a estudiantes para que trabajen en el sector. Por ejemplo, hay un estudiante que tomó el curso en pregrado y este año está haciendo su trabajo de grado de maestría en torno a esta disciplina”.

En definitiva, al conversar con Amórtegui, se nota en su voz la satisfacción que le causa transmitir su conocimiento a los estudiantes. “Si uno no lo comparte, se pierde. Y es reconfortante y gratificante pensar que algo de lo que he hecho ha servido”, concluye el ingeniero.

José Vicente Amórtegui Gil