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Diálogo con graduados: un espacio de cocreación

Profesionales de la ingeniería, reconocidos en el país y el exterior, quienes se graduaron hace años en la Escuela Colombiana de Ingeniería, regresaron a su segundo hogar con el fin de hablar con las directivas sobre el futuro de la Universidad.

Por: Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito

Nuevamente los recuerdos, las risas y la camaradería de los graduados de la Escuela, se sintieron con fuerza en el campus al que llegaron invitados por las directivas de la universidad a conversar de forma amena, cálida, gratificante, y seria a la vez, sobre los logros de la institución, su vida como profesionales y el futuro de la institución.

Fueron dos horas en las que cada uno de ellos habló de sus vidas, del desarrollo de sus carreras, de los buenos momentos vividos en ésta, su casa, y de los adelantos que quisieran ver en cinco años para la universidad que los formó y que hizo de ellos los profesionales respetados que son hoy en día.

La bienvenida se las dio el cofundador de la Escuela y Presidente del Consejo Directivo, Ricardo Rincón Hernández, quien recordó con alegría los inicios de la Escuela y los actuales momentos en que la institución cumple 50 años de fundada.

Elizabeth García Castro, psicóloga y magíster en Educación de la Universidad Javeriana, actual Coordinadora de Graduados de la Escuela, los invitó a hacer parte de un programa que busca fortalecer el vínculo con quienes estudiaron en la Escuela, y a su vez, brindarles la ayuda necesaria a más de 20 mil graduados con los que cuenta la universidad.

Invitados como Camilo Julián Castillo Fandiño, ingeniero civil de la Escuela, graduado en 1991, aseguró que es muy agradable volver a ella y percatarse de la transformación que ha sufrido luego de cinco décadas de trabajo incansable de sus fundadores.

“Si hubiera tenido la oportunidad de estudiar en un claustro igual a como se ve ahora, le hubiera dicho al doctor Eduardo Silva que no me dejara graduar, que me dejara aquí”, dijo jocosamente el ingeniero.

Por su parte, Flavio Ricardo Jiménez , graduado en 1983, habló de sus éxitos profesionales y de su paso por el sector eléctrico, la contratación y la interventoría de proyectos. “Trabajé en la electrificación del Putumayo coordinando el primer programa de pignoración de regalías; participé de la electrificación de Puerto López; trabajé en la línea de interconexión Sogamoso-Yopal; construimos y reparamos 80 puentes metálicos de la vía férrea La Dorada y Santa Marta. En un proceso de emergencia el Gobierno nacional participamos de la reconstrucción y ampliación de la capacidad energética de Mitú y reparó 80 puentes metálicos de la vía férrea entre la Dorada y Santa Marta. Realizamos la interventoría a la carretera Villa Garzón - Puerto Caicedo en el Putumayo, tramo que viabilizó la comunicación entre el centro del país y Ecuador por San Miguel. Ahora estamos con la interventoría vial de la red terciaria del país”.

Sergio Bermeo, ingeniero de sistemas, graduado en el 2004, fundó hace 17 años con otro graduado de la Escuela una empresa para hiperautomatizar procesos de negocio. Experimentado profesional en la industria del software informático, experto en EAI, diseño de procesos comerciales, arquitectura empresarial, Java Enterprise Edition y BPMN.

Según él, los graduados de la Escuela deberían unirse, buscarse y proyectarse como una sola fuerza profesional en el país. “El graduado con empresa debe contratar graduados de la Escuela”, afirmó y aseguró que la universidad tiene un gran potencial con sus laboratorios que debe seguir al servicio del país.

Carlos Quiza, graduado en 1980, contó que desde que salió de la Escuela se fue a vivir a Neiva (Huila) donde se vinculó al desarrollo del proyecto hidroeléctrico de Betania. Según él la Escuela debe acentuar su trabajo al desarrollo de la provincia colombiana ya que posee unos espacios de credibilidad que debe aprovechar. “Siempre he sabido que esta es mi casa”, dijo.

La ingeniera Mariana Sandino, la primera graduada del Programa de Ingeniería Civil de la Escuela, destacó el papel de las directivas en la proyección de la universidad, habló de su estadía en los Estados Unidos y escuchó con agrado los elogios que durante el espacio le hicieron los graduados a su padre. Para ella, la universidad está mejor que nunca, sin embargo, es su gente la que la hace grande”.

El ingeniero Luis Ernesto Escobar, graduado en 1978, asegura que dentro y fuera del país siempre se presenta orgulloso como un graduado de la Escuela. “Siempre digo con orgullo y sentimiento de dónde soy graduado”. El reconocido ingeniero agradeció el apoyo de las directivas y recordó que la ingeniería brinda dos cosas incuestionables: la lógica matemática y el raciocinio.

Jhon Harold Calvo Medina, ingeniero eléctrico y electrónico, obtuvo su doble titulación en el año 2017. Hace ocho años está vinculado a Siemens. El joven ingeniero recordó la necesidad seguir vinculados con los jóvenes para mantener ese estatus mundial de reconocimiento con el que cuenta la universidad.

Para Carlos Eduardo Cristancho, ingeniero civil graduado en 1981, es importante que estos espacios, que fortalecen las relaciones con los graduados, se mantengan. El profesional reconoció la gran labor que han hecho las directivas y en especial, el legado de Alejandro Sandino Pardo, el “Dios y Patria” del cemento y el concreto, que le permitió vincularse a empresas tan importantes como Cementos y Concretos Diamante, hoy Cemex, que hacía convocatorias únicamente para graduados de la Escuela.

“Desde nuestros cargos deberíamos estar mucho más en la definición de las políticas nacionales a todo nivel. La Escuela me ha marcado la vida y quisiera poder transmitir algo de las experiencias nuestras a las nuevas generaciones”.

Lo que parecía una simple reunión de ingenieros, se convirtió en un diálogo abierto y franco que llama a la reflexión sobre el papel de la ingeniería en el país; el papel de la Escuela en el desarrollo de la región, la relación Escuela-industria, las nuevas tecnologías, la pertinencia de los programas actuales y la imperante necesidad de crear un grupo poderoso, influyente y cohesionado de graduados.

El Rector, Alfonso Rodríguez Díaz, agradeció su presencia en el campus y los instó a pensar en Becas tan importantes como la Eduardo Silva, a la que se pueden sumar como benefactores.