Los amigos del planeta aseguran que la forma más simple de definir qué es ser amigables con el ecosistema es decir que es el acto de vivir con intención. Tienen razón. Si hay intención no se hace daño al medioambiente y se previene aquel que pueda surgir a través de las interacciones con él.
La Universidad Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito tiene, por principio, la intención de cuidar su entorno y a la comunidad que lo habita. Y va más allá. Se erige como una práctica real que permea a sus individuos y sus acciones.
Sin duda, cada miembro de la comunidad educativa de la Escuela trata en su quehacer diario de cambiar el propósito de cómo se vive.
A gran escala, sus directivos están en la posición de defender, por norma, la conservación del medioambiente cuando enseñan, construyen, previenen, proyectan, investigan, innovan. El campus es el mejor ejemplo de un desarrollo sostenible, ecoamigable, que crea una vida más sostenible para sus habitantes.
Infraestructura inteligente y limpia
- La Escuela cuenta con un sistema de agua cruda que se destina a sanitarios y riego. Se trata de un sistema de pozos profundos que la institución tiene licenciados por parte de la Secretaría Distrital de Ambiente.
- Ecoamigable es la palabra que describe a la perfección el Laboratorio de Estructuras y Materiales Alejandro Sandino Pardo, un edificio icónico de 15 m de altura, tres pisos y un área total de 2400 m2 que en el 2018 se puso al servicio como centro de investigación, docencia y proyectos externos.
- Esta construcción se conoce también como edificio H. En las cuatro zonas del techo se ubicaron 318 paneles solares que pueden producir hasta 320 vatios pico, en un área aproximada de 640 m2. Esta infraestructura es la más grande de su tipo instalada en una universidad en Bogotá.
- A estos desarrollos arquitectónicos se suma el edificio de Posgrados, actualmente en construcción. Es un edificio inteligente de tres niveles, amigable con el medioambiente, dotado con modernos sistemas de iluminación. Todo dentro de un concepto arquitectónico particular, con fachada en vidrio, concebido para que el concreto esté a la vista, lo que genera un reto en la forma de fundición, material de la formaleta y calidad en los procesos de construcción. Esta obra tendrá un área total de 4843 m2, con cubierta transitable y paneles solares, pensados para institucionalizar un sistema continuo de abastecimiento de energía limpia.