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Plástico biodegradable, una apuesta medioambiental

Jhonatan Escobar y Daniel Morales, ingenieros de la Escuela, demostraron que los biopolímeros son una alternativa a los materiales convencionales de impresión 3D, por precio y baja afectación al medioambiente.

El mundo como ecosistema viviente demanda cambios debido a los hábitos de consumo que la sociedad ha adoptado, pues los efectos son cada vez más visibles y las personas empiezan a entender el impacto de sus malas prácticas.

Tan solo en países europeos, como en España, se recicla mínimamente el 30% de plásticos usados; asimismo, cada año llega a mares y océanos, el equivalente de hasta 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel en basura a estos entornos.

La situación es dramática y más cuando esta sigue creciendo, pues en 2015, se llegó a la cifra de 380 toneladas de plástico producidas en todo el mundo, alarmando a entidades como Greenpeace, que denuncian y advierten sobre las consecuencias de los plásticos de un solo uso.

“Estudios recientes han observado que los animales marinos están ingiriendo microplásticos, lo que está provocando bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción. Pero no se queda ahí: hay evidencias de que se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria y llegan hasta nuestros platos”, denuncia la organización en su portal.

Inclusive, se han podido encontrar bolsas de este material flotando a unos 10.000 metros de profundidad en la Fosa de las Marinas, un territorio que se creía virgen e intocable por las extremas condiciones del lugar.

No obstante, en medio del caos y la preocupación que se generan ante tal panorama, van surgiendo pequeñas ideas que buscan cambiar el mundo, al convertirse en grandes proyectos socioambientales.

Jhonatan Escobar, graduado del Programa de Ingeniería Mecánica, junto a su socio Daniel Morales, quieren demostrar que su paso por las aulas de la Escuela Colombiana de Ingeniería no fue en vano.

Cuando cursaban una asignatura particular llamada Procesos Básicos de la Manufactura, vieron una oportunidad de mejora para el medioambiente y otra de crecimiento económico para sí mismos.

En Colombia, no hay fabricación de filamentos para impresión 3D, por lo cual hay una subida considerable en los precios de compra del material que debe de ser importado desde China. “Estos son plásticos comunes derivados del petróleo que por sus características contaminan bastante”, dice el ingeniero Jhonatan Escobar.

El filamento ecológico, biodegradable, inodoro, fácil de imprimir, con alta resistencia y baja contracción compatible con toda clase de impresoras 3D que fabrican Jhonatan y Daniel es denominado “PLA” y, sin duda, es el mejor producto de su ingenio, fruto de un esfuerzo de más de seis años de estudios que comenzó cuando sacaban adelante sus programas de pregrado en la Escuela.

Este material es elaborado con almidón de yuca, y se convirtió en una innovación lograda gracias a su deseo por emprender, crear empresa, y a la curiosidad investigativa que han ido edificando con constancia y esfuerzo.

Actualmente, se encuentran exportando a Estados Unidos logrando estar a la par en porcentajes de resistencia mecánica de materiales como el ABS (plástico resistente al impacto, muy utilizado en automoción y otros usos tanto industriales como domésticos).

Igualmente, los resultados en las impresoras demuestran alta calidad en las piezas finales, pero con un diferencial en el consumo energético y es que, debido a que las impresoras 3D que usan PLA no necesitan un calentamiento en la cama de impresión, se requiere un gasto menor en electricidad.

Así mismo, en Colombia se producen 15 toneladas de este innovador material que, con un debido proceso, puede ser compostado a ciertas temperaturas y en tiempos récord de entre 3 a 4 años, una diferencia abismal si se compara con los cinco siglos que toma el plástico convencional.

“Esta es una industria circular, ya que somos nosotros los encargados de los procesos de secado y solidificación para el reúso de los filamentos”, aclara el ingeniero graduado de la Escuela Jhonatan Escobar.

Impresiones con PLA en medio de la pandemia:

Este innovador emprendimiento no solo se ha ganado el reconocimiento de la dirección del SENA en Casanare, debido a su apuesta ambiental, sino que ha servido para la lucha contra la pandemia ocasionada por el virus COVID-19, pues gracias a los esfuerzos en ampliar su portafolio de servicios y productos, han contribuido a la fabricación de material que garantiza los protocolos de bioseguridad en hospitales que así lo requieran.

Incluso, han podido posicionar a Colombia como referente del área a nivel Latinoamérica en sectores de la medicina y la construcción que se han valido de la impresión 3D para la realización de sus prácticas.

“El mundo está orientado por este camino, el de la sostenibilidad”, admite el ingeniero Jhonatan Escobar y concluye que: “todo negocio o idea debe de tener un enfoque social para prosperar”.