Quince meses han pasado desde que la cuarentena tomó lugar en los hogares del mundo, encerrando a cada uno de sus miembros y obligándolos a transformar las maneras de relacionarse; por ello, la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito no deja de buscar alternativas innovadoras para combatir las necesidades de esta nueva realidad.
Desde la implementación general de la telemedicina debido a la cuarentena, han surgido esfuerzos de todos los sectores económicos, académicos y sociales para trasladar sus prácticas a la virtualidad, acelerando el proceso de digitalización e impulsando el advenimiento de nuevas tecnologías para el tratamiento del Covid-19 y el mejoramiento de la calidad de vida en esta nueva realidad.
“Este es el resultado de la tendencia mundial de interconectar a las personas, las empresas, y el estado”, afirma el profesor Javier Alberto Chaparro Preciado, adscrito al Centro de Estudios en Electrónica (CEEE) de la Escuela.
Así, la actividad cotidiana se ha visto beneficiada en materia de agilidad y democratización de la información, pues la visibilidad de los actos públicos y su registro en la red son herramientas que han servido de alimento para el diseño de algoritmos que identifican y ayudan a solventar las nuevas necesidades de un tiempo lleno de incertidumbre como lo es el actual.
En otras palabras, la toma de decisiones ya no se considera únicamente desde la atención individual y personal de cada caso, pues al ir brindando capacidad de aprendizaje y adaptabilidad a las nuevas tecnologías, estas han evolucionado y encontrado patrones de respuesta útiles a través de la recopilación y transferencia de información, una actividad y técnica innovadora denominada Machine Learning.
Tan solo en telemedicina, los avances en inteligencia artificial han vuelto dispensable la presencia del paciente para su atención, disminuyendo sus dificultades para acceder al servicio de salud.
Así mismo, han mejorado la transmisión de información y retroalimentación y han mejorado las formas de almacenamiento y administración de historiales médicos para futuros análisis dedicados a detectar patologías de forma oportuna.
En resumen, el diagnóstico clínico se está viendo fortalecido por la ayuda de sistemas intercomunicados y automáticos que guardan y administran responsablemente millones de datos en tiempo real, todo sin olvidar el factor fundacional de corte humano que impulsó este proyecto de mejora en calidad de vida laboral y personal.
“El desarrollo de estos servicios debe garantizar, entre otras cosas, la seguridad en el envío y el almacenamiento de la información y la calidad en la adquisición”, agrega el ingeniero Chaparro Preciado.
La Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito ha tenido la oportunidad de comprobar la utilidad de esta herramienta desde los sectores de salud y agroindustria, desarrollando dos proyectos en particular desde la Maestría de Ingeniería Electrónica.
En primer lugar, se está trabajando en la digitalización automática de los registros en papel de exámenes de electrocardiografía, debido al uso habitual de medios impresos por parte de varias EPS’s y, a nivel de la agroindustria, se trabaja en el procesamiento de imágenes aéreas de cultivo con el propósito de ofrecer un servicio de seguimiento del estado vegetativo de cultivos a los agricultores.
Con esto, la Escuela muestra que el insumo principal para implementar esta herramienta, además de la formación y el entrenamiento, es la construcción de un propósito sólido que busque contribuir al desarrollo de una sociedad exigente en ámbitos de sostenibilidad e innovación.
“Las problemáticas de un país en subdesarrollo, como el nuestro, son muchas y debemos trabajar unidos para lograr sinergias entre todos los actores de nuestra sociedad para solucionarlas”, concluye el profesor Javier Chaparro.