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Desarrollar el conocimiento es la clave del progreso

La educación superior cumple uno de los papeles fundamentales para el desarrollo social y el resurgimiento económico del país.

En Colombia, la formación universitaria implica un compromiso con la sociedad para la formación de sus futuras generaciones, pensando siempre en el bienestar general y el desarrollo económico, cultural y político.

De ello pueden dar fe instituciones de tradición como la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, que luego de 48 años de historia cuenta con la más certera evidencia de su actuar: cientos de cohortes de profesionales formados con transparencia, honradez, creatividad, capacidad de adaptación al cambio, voluntad de servicio, compromiso con la sociedad y su entorno y respeto por todos los miembros de su comunidad.

Al respecto, Germán Ricardo Santos Granados, director de Posgrados de la Escuela, afirma que “el papel de la educación superior es entender los nuevos desafíos, plantear respuestas basadas en conocimientos científicos y tecnológicos, crear escenarios de análisis y discusión de dichos desafíos y respuestas, e incluir nuevos conocimientos en la formación de pregrado y posgrado”.

Para Mauricio Vela Prieto, vicerrector administrativo, a través de la educación se eleva la productividad y la competitividad del país, se desarrolla la movilidad y se incrementa el nivel de vida de las personas y, por ende, de la sociedad. “Por eso es primordial desarrollar mecanismos efectivos y eficaces entre las universidades y los agentes económicos y sociales, para identificar las necesidades de los territorios, de tal forma que las instituciones de educación superior ofrezcan soluciones innovadoras en sus programas académicos y en sus proyectos de investigación, de modo que ayuden al desarrollo de su región”.

Es indispensable que todos estos conocimientos estén avalados por la impronta de la alta calidad, que constituye la única garantía de excelencia para los padres que destinan recursos, los estudiantes que adquieren conocimientos y el país que requiere el mejor desempeño de sus profesionales.

"Los graduados de la Escuela aportan al crecimiento económico del país aplicando conocimientos y competencias adquiridas durante su formación y planteando ideas innovadoras para promover el desarrollo sostenible".

Escuela Colombiana de Ingeniería Julio garavito.

Universidad y empresa

“Para la Escuela, la educación de alta calidad responde a la disposición coherente de aspectos teóricos y metodológicos, esenciales para captar e interpretar la práctica cotidiana y determinar lo que se puede lograr con ella. Nosotros la entendemos como la búsqueda de los mayores niveles de coherencia posibles entre lo que nos proponemos, lo que realmente hacemos y los resultados que con ello obtenemos, de acuerdo con las tendencias universales del desarrollo del conocimiento y de la profesión que corresponde a cada programa”, asegura Paula Ríos Reyes, vicerrectora académica de la institución.

Es fundamental que exista una relación estrecha y permanente entre las universidades y el sector empresarial, para que de esa forma todos los esfuerzos que las primeras hacen en el desarrollo de nuevas tecnologías, procesos innovadores y avances científicos, sean absorbidos por el aparato productivo para aumentar su eficiencia, mejorar sus procesos internos y su rentabilidad, en beneficio de sus trabajadores, la sociedad y el entorno regional.

Ese diálogo permanente es fundamental para la solución de los problemas reales en las empresas y la adopción de nuevas tecnologías, además de promover la investigación en las universidades con fondos privados, formando un círculo virtuoso de desarrollo y crecimiento.

Sin embargo, la dinámica entre los actores ha evolucionado hacia el lenguaje digital cotidiano, acelerado por las restricciones de la pandemia, limitando en cierta forma esa relación de doble vía con las empresas, fortaleciendo enormemente la que existe con la comunidad educativa y, de paso, robusteciendo el trabajo remoto como un asunto de primera necesidad que, particularmente en la Escuela, según la secretaria general, Claudia Jeanneth Ríos Reyes, les ha permitido capacitar unos 200 profesores en el uso de TIC para apoyo de la docencia.

“La Escuela y los profesores estamos enfrentados al gran reto de lograr que los estudiantes aprendan utilizando estas tecnologías y para esto estamos poniendo a disposición todos nuestros recursos intelectuales, creativos y de innovación. La capacitación es fundamental, el seguimiento es absolutamente necesario y la retroalimentación es el principal insumo para lograr nuestro objetivo”, asegura, y agrega que todos los profesores han demostrado un altísimo compromiso y un interés permanente en la formación de sus estudiantes en esta contingencia.

Otra de nuestras fortalezas es que, desde sus orígenes, la formación ha sido orientada a líderes emprendedores con características visionarias, y se ha reforzado en los lineamientos del Proyecto Educativo Institucional (PEI), entendiendo que el liderazgo lo asume alguien en un determinado contexto y situación y lo expresa cuando declara un futuro sostenible y hace que ocurra.

“En este entorno, el liderazgo como un elemento complementario al emprendimiento logra un resultado que impacta de manera positiva a la sociedad, sea cual sea el objeto de dicho emprendimiento”, afirma Joseph Voelkl Peñaloza, coordinador del Laboratorio de Liderazgo (CLAP) de la Escuela, quien añade que los mejores profesionales deben ser formados curricular y extracurricularmente como seres humanos integrales y para ello “es imperativo apalancarse en las habilidades blandas que les permitan poner al servicio de la sociedad todos sus conocimientos y competencias técnicas para brindar soluciones integrales”.

Para liderar empresas será necesario contar con conocimientos de gestión estratégica orientada al beneficio del ser humano, y conocer la tecnología predominante y el entorno donde se aplica.

Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

Educación en la era digital

“Estamos en la sociedad del conocimiento, viviendo en la industria 4.0, enmarcada por avances tecnológicos como la realidad aumentada, el Big Data, la impresión 3D, la computación en la nube, la ciberseguridad, el internet de las cosas y muy pronto evolucionaremos hacia la 5.0, en la que el ser humano será el centro y beneficiario directo de esas innovaciones”, asegura Oswaldo Castillo Navetty, decano del Programa de Ingeniería de Sistemas de la institución.

Considera que es importante que los profesionales tengan un arraigado sentido humanista y social para que entiendan cómo los adelantos tecnológicos pueden ayudar al desarrollo del ser humano en su entorno local y regional. “Así mismo, los empresarios que trabajarán en llave con estos profesionales deben entender primero las necesidades del ser humano para luego perfilar las capacidades y competencias técnicas y sociohumanistas del talento que los va a apoyar”.

Todo este desarrollo del conocimiento pasa por la inversión intensiva en infraestructura y la necesidad de contar con profesores de alta calidad, adecuadamente remunerados. “Hemos obtenido varias patentes en el país, que son el resultado del trabajo arduo y consagrado entre profesores y estudiantes, surgido de nuestros laboratorios de investigación con equipos de última generación”, confirma Ricardo Quintana Sighinolfi, uno de los fundadores de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, quien reafirma que así se reinvierte en el futuro de Colombia y sus nuevas generaciones de profesionales.

Conciencia social

La Escuela Colombiana de Ingeniería ha hecho un gran esfuerzo financiero manteniendo desde su fundación el programa de matrícula diferencial, que permite que cualquier estudiante, independientemente de su condición socioeconómica, pueda acceder a una educación superior de calidad. Los estudiantes luego se convierten en motivo de orgullo para la institución y para sus familias y retribuyen a la sociedad como generadores de progreso del país.