La iniciativa contempló dos líneas de trabajo. En la primera, se configuró la cooperación de una red internacional para el desarrollo de tecnologías basadas en robótica e inteligencia artificial, para proponer ambientes inteligentes contra la pandemia. En la segunda, se están desarrollando casos de estudio en la Escuela y en las instituciones que participan en la red, con propuestas tecnológicas que permitan apoyar la atención de la pandemia con el regreso del personal a estas instituciones.
“Lo que le propusimos a la Real Academia fue conformar una red de cooperación entre varios países de Latinoamérica y el Reino Unido (Escocia), para discutir y desarrollar soluciones que puedan ayudar a retornar a las instituciones, las universidades y la vida social. Uno de los principales enfoques está en la universidad, los laboratorios, donde nos movemos dentro de las instituciones, y ver cómo desde la tecnología, específicamente de la robótica y la inteligencia artificial, se pueden desarrollar soluciones que ayuden a responder a la pandemia”, recalca el profesor.
Reunir médicos, científicos y expertos en robótica de diferentes países aportará una solución adecuada para cada proceso. Por supuesto, estas soluciones impactarán a comunidades de Colombia, Chile, Argentina y Brasil, que contienen cerca del 80 % de la población de América del Sur.

La propuesta comenzó su desarrollo con el acompañamiento del profesor de la universidad de Edimburgo (Escocia) Subramanian Ramamoorthy, doctor en filosofía, ingeniería eléctrica e informática de la universidad de Texas (USA). Sin embargo, surgió la idea de enfocar el trabajo en Latinoamérica para lo cual se integraron al equipo de trabajo los profesores Marcelo Becker, de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, y Ricardo Carelli, de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) en Argentina, y el fisioterapeuta Patricio Barria, del Centro de Rehabilitación Club de Leones Cruz del Sur en Chile.
Aunque la idea es enfocarse en el problema de Latinoamérica, probablemente estas soluciones, cuyo desarrollo liderará la Escuela, también sirvan para el Reino Unido. El proyecto aparece como una solución complementaria a los sistemas robóticos de desinfección UVC-Ozono y aspersión química para SARS-CoV-2, que está desarrollando la Escuela con recursos propios y cuya eficiencia será probada en el campus.
“La idea es involucrar este robot que diseñamos con recursos propios para desarrollar sistemas de monitoreo basados en cámaras que permitan evaluar el comportamiento de los estudiantes dentro de los salones y laboratorios, y en escenarios internos y externos. También queremos explorar estrategias con drones para monitorear el comportamiento social de las personas dentro de la Escuela y ayudar así a detectar situaciones de riesgo, por ejemplo, que tengan el tapabocas mal puesto”, comenta el profesor Cifuentes García.
Del proyecto que financia la Escuela se desarrollarán dos módulos; uno es un pequeño carro pasivo donde se montará una lámpara para desinfección UVC y un sistema de aspersión de químicos para desinfección, con el fin de que el servicio de aseo lo utilicen dentro de los salones. “El personal de aseo lo manipulará para ejecutar el proceso de limpieza y desinfección”. Este primer prototipo no va a ser motorizado.
El otro módulo es un robot móvil Pioneer LX que poseía el laboratorio y que se va adaptar a los nuevos requerimientos técnicos para que se mueva por las zonas que necesitan limpieza. El primer prototipo estará listo en septiembre y el segundo, en octubre, y se probarán en la Escuela. Estos desarrollos, sin duda, apoyarán al personal de seguridad de la Escuela y de servicios generales ya que, en parte, estas soluciones se dirigen a quienes vigilan y mantienen el bienestar de la comunidad educativa.