Bogotá necesita con urgencia aeropuerto regional

El Dorado, en Bogotá, se constituye como el principal aeropuerto de Colombia (HUB – centro de conexión), y uno de los más importantes en América Latina. En el año 2019 ocupó el primer lugar en carga, al movilizar 718.383 toneladas; el segundo lugar en operaciones aéreas, con un total de 351.174 vuelos superado sólo por el aeropuerto de México, y el tercer lugar en cuanto a pasajeros movilizados, con un total de 35,3 millones, superado por México y Sao Paulo.

El aeropuerto El Dorado viene presentando tasas de crecimiento considerables en los últimos años: registró un incremento del orden de 9,8 % en 2019. La terminal aérea, como se observa en la gráfica 1, se ubica en una posición geográfica con grandes ventajas comparativas y competitivas en el contexto de América, con conexiones directas a Europa, norte, centro y Sudamérica, al contar con la operación de las principales compañías aéreas del mundo.

En el ámbito nacional, como se registra en la gráfica 2, el aeropuerto El Dorado cumple una función muy importante como principal punto de conexión que cubre toda la geografía nacional. Entonces, para Colombia es la infraestructura esencial en términos de competitividad, dado que la estrategia de integración, mercados y turismo está centrada en Europa y Asia, destinos en los que el transporte aéreo es fundamental.

De acuerdo con estudios recientes de la Aeronáutica Civil, se ha demostrado que el crecimiento sostenido del transporte aéreo de El Dorado implica que su capacidad para el quinquenio 2025-2030 estará saturada (las evaluaciones de los impactos de la pandemia de Covid-19 no alteran este pronóstico, dada la demostrada resiliencia del transporte aéreo en otros eventos similares en el mundo). Por consiguiente, el aeropuerto no estará en condiciones de atender la demanda proyectada y es indispensable iniciar desde ya la construcción de una nueva infraestructura que atienda de manera competitiva los retos de la economía, en especial los relacionados con el crecimiento del sector turístico.

Por lo anterior, es indispensable que, aprovechando que este año 2020 se expidió la ley orgánica para Bogotá Región, se fortalezca la estructura de un sistema aeroportuario regional, y se construya un nuevo aeropuerto, como se muestra en la gráfica 3, que permita que Bogotá y su área regional integrada puedan disponer de infraestructura aeroportuaria especializada, que atienda de manera eficiente y competitiva los sectores que componen la aviación, como sucede en las principales ciudades del mundo. Es el caso de Londres, que posee cinco aeropuertos integrados para atender la demanda de transporte aéreo.

No podemos olvidar que el transporte en general, y en nuestro caso el aéreo, cumple la función fundamental de unir los centros de producción con los de consumo y el avión permite comercializar los productos e integrar la población con el mundo.

El país no puede aplazar un decisión tan urgente y necesaria, en razón de que el sector aéreo es un gran generador de economía, que abre las puertas al mundo y logra que el país, que entre otras cosas es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pueda estar a la altura que le corresponde en el contexto internacional.

Se invita a la comunidad académica de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito para que en su seno y desde el sector académico, se llame al debate y se impulse la necesidad de la construcción inmediata de la nueva infraestructura aeroportuaria para Bogotá y su nueva área metropolitana.