
La Escuela, como institución, se prepara cada año para este momento y lo vive como si fuera único. Y tiene todo el sentido: es el día en que recibe a quienes han decidido confiar su formación profesional a nuestra Universidad. Estudiantes y familias se integran a una comunidad académica que será, desde hoy, su segundo hogar.
Desde el personal administrativo hasta los colaboradores, profesores y directivos, todos celebramos este encuentro. Lo asumimos como una oportunidad renovada para enseñar, acompañar, aprender y crecer juntos.
Durante la jornada de inducción, la Rectora, ingeniera Myriam Astrid Angarita Gómez, dio la bienvenida a los nuevos estudiantes. Este espacio, que incluye el encuentro con las directivas, el taller Éxito desde el primer día, la charla Herramientas tecnológicas para la vida universitaria y la feria de servicios, refleja el compromiso de la Escuela con una formación integral y cercana.
Así, reafirmamos que la universidad es, y seguirá siendo, un lugar donde florece el conocimiento, se transforma la vida y se construyen futuros.
Promoción 2030: Aquí comienza el camino para liderar, transformar y servir

"Queridos estudiantes de la Promoción 2030, estimadas familias, profesoras y profesores, apreciados directivos, colaboradores y acompañantes:
Es un inmenso honor y una profunda alegría darles la bienvenida a esta casa del conocimiento, la ciencia y la transformación humana: la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
Hoy comienza para ustedes una etapa decisiva en la que no solo se formarán como ingenieros, economistas, matemáticos o administradores de empresas, sino también como seres humanos conscientes del mundo en que viven y de los desafíos que los esperan. Llegan a una universidad que los acoge con orgullo y responsabilidad, que cree en ustedes, en su potencial, en sus sueños, y que se compromete a acompañarlos para convertirlos en realidades con impacto.
La Escuela fue fundada sobre principios sólidos que hoy siguen vigentes y se proyectan hacia el futuro: la excelencia académica, el compromiso social, la ética profesional, la rigurosidad científica, la autonomía responsable, la creatividad y la solidaridad. Estos valores no solo se enseñan, se viven. Y ustedes, desde hoy, hacen parte activa de este proyecto colectivo que busca formar líderes capaces de transformar Colombia desde la técnica, el conocimiento y la humanidad.

Aquí no solo se aprende a resolver problemas; aquí se enseña a comprender el mundo. A reconocer sus complejidades, sus desigualdades, sus oportunidades. A encontrar soluciones viables, sostenibles y justas. En palabras de nuestros fundadores, aquí se forma para servir.
Ustedes han sido admitidos porque la Escuela reconoce en cada uno de ustedes el potencial para asumir este reto. Llegan con talentos distintos, trayectorias diversas, preguntas profundas y un deseo auténtico de aprender. Ese perfil de ingreso se enriquece aquí con experiencias transformadoras que les permitirán egresar como profesionales con pensamiento crítico, sensibilidad ética, competencias interdisciplinarias y una sólida vocación por el bien común.
Al egresar, serán parte de una red de líderes que, desde sus saberes, aportan a la solución de problemas reales: ambientales, sociales, económicos, energéticos, sanitarios o logísticos. Profesionales capaces de diseñar, investigar, crear, emprender y colaborar con otros.
Tendrán la fortuna de ser acompañados por profesoras y profesores con formación avanzada -muchos con maestría o doctorado- que no solo investigan y enseñan, sino que también inspiran. Docentes que creen en ustedes, que valoran el diálogo, el aprendizaje mutuo, la diversidad de pensamiento y el desarrollo integral. Son referentes no solo por su conocimiento, sino también por su ética y compromiso con la sociedad.
La Escuela se ha transformado para responder a los retos de la educación del siglo XXI. Nuestro modelo pedagógico se basa en el "aprender haciendo", en la formación por competencias, en ciclos formativos que avanzan desde la fundamentación hacia la profundización, y en evaluaciones que miden resultados reales de aprendizaje. La interdisciplinariedad, el uso de tecnología, el análisis de datos para personalizar la formación y el acompañamiento académico son pilares de este enfoque.
Además, la formación no se limita al aula. Se expande a los laboratorios, los campos de práctica, los semilleros de investigación, las experiencias de movilidad, las conferencias, las visitas empresariales y los escenarios de emprendimiento. La Escuela es una red viva de aprendizaje.

¿Qué nos hace únicos? Nuestro compromiso ético, la calidad humana de nuestra comunidad, la cercanía entre estudiantes y profesores, el respeto por el otro, la cultura del trabajo bien hecho, el uso responsable del conocimiento y el servicio al país.
Contamos con infraestructura moderna, laboratorios de vanguardia, convenios nacionales e internacionales, espacios de bienestar, investigación, desarrollo artístico y deportivo. Pero, sobre todo, contamos con una comunidad que cuida, que escucha y que se preocupa por formar buenas personas.
Vivimos en un mundo en transformación: cambio climático, inteligencia artificial, conflictos sociales, nuevas economías, migraciones, crisis sanitarias, desigualdades. Pero también vivimos en un mundo lleno de posibilidades, de innovación, de colaboración global y de compromiso joven.
Aquí aprenderán a moverse en la incertidumbre, a leer las señales del entorno, a responder con responsabilidad, a emprender sin miedo. La Escuela los preparará para liderar con propósito y asumir los desafíos técnicos, sociales y ambientales de Colombia y del planeta, con visión crítica y soluciones viables.
En esta Escuela, creemos firmemente que el conocimiento se enriquece cuando es diverso. Por eso, celebramos y promovemos la participación activa de las mujeres en las áreas STEM —ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas-donde históricamente han enfrentado barreras de acceso, permanencia y reconocimiento.

Aquí cabemos todas y todos. Caminamos con las jóvenes que ingresan hoy y con aquellas que llegaron antes, abriendo espacios con su talento, valentía y visión. Las acompañamos con convicción para que juntas encuentren un lugar digno, visible y protagónico en la ciencia, la innovación y la transformación social.
Sabemos que al empoderar a una mujer en la ingeniería no solo transformamos su vida, sino también la de las niñas que la observan, la de sus comunidades y la de generaciones futuras. Por eso, seguiremos escribiendo la historia que nuestras ancestras iniciaron -mujeres valientes que desafiaron normas y sembraron futuro— y abriremos camino a la joven colombiana que sueña con construir puentes, liderar proyectos, descubrir soluciones y cambiar el mundo.
En la Escuela, ese sueño tiene espacio, voz y respaldo.