Durante la ceremonia se entregaron escudos de reconocimiento como símbolo de gratitud, compromiso y sentido de pertenencia. Para la Rectora, ingeniera Myriam Astrid Angarita Gómez, este encuentro, más que una conmemoración, fue una oportunidad para reflexionar sobre el legado de los fundadores, celebrar la fuerza colectiva de la comunidad académica y renovar el compromiso con la excelencia, la ética y la formación integral que han distinguido a la Escuela desde 1972.
La ceremonia fue amenizada por el grupo vocal Radio Swing, cuya presentación cautivó a los asistentes con su talento y energía, y concluyó con una copa de vino en un ambiente de camaradería y celebración. Aquí las palabras de la Rectora:

"Es un verdadero honor darles la más cordial bienvenida a esta reunión especial, un espacio pensado para el encuentro tranquilo, el reconocimiento emotivo y la gratitud compartida. Hoy celebramos no sólo los años de servicio de quienes con compromiso y dedicación, han alcanzado los quinquenios de trabajo, sino también el sentido profundo de pertenencia que define nuestra institución y el ciclo de vida de cada uno de nosotros recorre dentro de este proyecto común.
Desde su fundación, el 20 de octubre de 1972, la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito surgió gracias al sueño de un grupo de 10 ingenieros y profesores visionarios, quienes junto con empresarios comprometidos vieron en la educación un camino para formar profesionales de excelencia, aportar al desarrollo de la sociedad y honrar el legado del ilustre científico y matemático colombiano Julio Garavito Armero.
Hoy, al mirar ese legado, reconocemos que cada miembro de esta comunidad (profesores, administrativos, directivos) es piedra angular de nuestra misión institucional: formar, servir e inspirar. Formar en el sentido más amplio: no sólo profesionales competentes en ingeniería, administración, economía y matemáticas, sino personas íntegras, éticas y comprometidas con el bien común. Servir al país, al entorno nacional, desde el conocimiento, la innovación y la responsabilidad social, e inspirar a jóvenes y futuros profesionales para que encuentren en la excelencia, la calidad, la ética y los valores un faro que guíe sus pasos.

La entrega del escudo que haremos hoy a quienes alcanzan quinquenios de servicio simboliza algo más que un reconocimiento de años: representa la gratitud de esta institución por la fidelidad, el esfuerzo, la constancia de quienes han creído en esta casa compartida. Es un momento de detenernos, mirar atrás con reconocimiento y proyectar hacia adelante con esperanza.
Porque toda vida organizacional también tiene ciclos: ingreso, aprendizaje, crecimiento, servicio, reflexión, legado. Y ustedes -profesores, administrativos, directivos- encarnan diferentes fases de este ciclo. Algunos comienzan su trayectoria con ilusión y energía; otros ya han entregado parte esencial de su vida profesional a esta institución; y otros estamos sembrando el legado que las nuevas generaciones recogerán. Esa diversidad de etapas -de inicio, de tramo medio, de culminación- no disminuye ni dispersa nuestra fuerza colectiva: al contrario, la engrandece.
En nuestra institución, nos apoyamos mutuamente, compartimos saberes, experiencias y valores. Cada profesor que acompaña al estudiante; cada administrativo que garantiza la logística, la gestión, el servicio; cada directivo que orienta el rumbo estratégico; cada uno de ustedes construye ese sentido de comunidad sin el cual no habría excelencia, no habría calidad, no habría formación con significado.

Quiero invitarles a que hoy, en este espacio de encuentro, reflexionemos juntos sobre lo que hemos sido, lo que somos y lo que podemos llegar a ser. A que fortalezcamos el lazo de pertenencia, a que celebremos el legado de nuestros fundadores, a que visibilicemos la contribución de todos, desde las labores visibles y desde las que puedan parecer invisibles, pero sin las cuales este proyecto no se sostiene. Recordemos nuestra misión institucional, la que desde sus orígenes se fijó como propósito: contribuir al desarrollo de la persona, el conocimiento y la sociedad, mediante la formación integral, la construcción de conocimiento con pertinencia anticipada en el contexto de la realidad colombiana (Educaedu).
Y al pensar en el futuro, más allá del reconocimiento de hoy, los invito a ver este momento como punto de partida para nuevos retos compartidos. Porque la inteligencia colectiva de esta comunidad -profesores, administrativos, directivos, todos- será la que permitirá que esta Escuela, que ya cuenta con una trayectoria de más de cinco décadas, avance con audacia hacia los próximos 53 años, hacia los próximos 100, hacia el futuro que soñamos. Un futuro inspirado en la esperanza, en el compromiso y en los desafíos que la transformación tecnológica, social y global nos presenta. Un futuro en el que continuaremos formando profesionales íntegros, con vocación de servicio, con espíritu innovador, con valores firmes.
Hoy celebramos, hoy reconocemos, hoy agradecemos. Pero también hoy nos comprometemos: a seguir entregando lo mejor de nosotros mismos, a seguir construyendo juntos, a seguir siendo comunidad.

Que esta reunión sea, ante todo, un espacio de reconocimiento y de celebración del valor de las personas. Un momento para detenernos, mirarnos, agradecer y sentir orgullo por lo que hemos hecho juntos. Que este acto central nos alegre el alma, nos renueve el espíritu y nos recuerde por qué elegimos dedicar nuestras vidas a la educación, al servicio y a la construcción de país.
Al cerrar este encuentro, miremos hacia adelante con esperanza. Porque los próximos años nos convocan a seguir avanzando con inteligencia colectiva, sumando esfuerzos, talentos y voluntades para seguir siendo una universidad de excelencia, inspirada en los valores de sus fundadores y proyectada hacia otros 53 años de historia.
Una universidad que forma, que sirve, que inspira y que sobre todo cree en las personas. Muchas gracias por su presencia, por su compromiso y por mantener vivo el espíritu de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito".