El sector de la infraestructura es uno de los grandes componentes de la economía mundial que permiten la activación no sólo de nuevas obras civiles, sino de sectores adjuntos como materiales de construcción, incluyendo producción y abastecimiento.
Sin embargo, una tendencia en varios países es la conservación de las estructuras existentes que en algunos casos ya tienen problemas de deterioro o deficiencias, bien sea porque se hicieron con prácticas constructivas que se han modificado, porque se descubre que no son adecuadas o por fallas en los diseños o materiales, entre otras razones.
La industria de la construcción es de las que más consumen materias primas y energía, y emiten cantidades considerables de CO2 a la atmósfera. En este sentido, una fuerte tendencia ambiental a escala mundial es la sostenibilidad. Por esta razón, para una estructura con deficiencias, antes de brindar como opción la demolición y construcción de una nueva, debe primar su rehabilitación y reutilización.
Entender el comportamiento estructural es básico en la evaluación de las estructuras existentes para poder plantear opciones de reparación y reforzamiento que permitan prolongar la vida de servicio de las estructuras en forma segura. Las metodologías que se usan para el diseño, en general, no ayudan a entender el comportamiento. Con ese propósito, este curso se apoya principalmente en observaciones de campo y de laboratorio, y en principios de geometría, mecánica y conservación de energía.